jueves, 20 de noviembre de 2014

El sustituto de la palmera

"A rey muerto rey puesto"

          Con una pequeña hacha y mucha paciencia conseguí cortar el tronco de la palmera muerta, que por la parte baja aún  permanecía verde.
          El trozo desprendido lo trasladé, con la ayuda del vecino, al lugar donde amontono las ramas de las podas para quemar. Dejé pasar el verano para que el resto que quedó  en la tierra se terminara de secar.
          Cuando comprobé que estaba suficientemente seco, me puse manos a la obra, de tal manera que poco a poco y trozo a trozo fue desapareciendo lo que quedaba del tronco hasta llegar a las raíces. 
          Quiso el destino que hace un par de años llegara a mis manos una pequeña araucaria.
          Desde nuestro campo se divisa una muy grande, que crece majestuosa en casa del vecino. La recuerdo en ese lugar desde que tengo uso de razón. Las tierras han cambiado de dueño varías veces y ella permanece inmutable.
          Los mayores cuentan que fue plantada en el año 1939, cuando finalizada la guerra, Pepe Mera, por aquellas fechas el dueño la huerta, la trajo de Cádiz en una maceta.
          En todo el tiempo que hemos vivido junto a ella tan solo hace un par de años observamos en el suelo de alrededor, unas pequeñas plantas con un par de hojas alargadas. Al poco tiempo se podía apreciar que se trataba de pequeñas araucarias.
          Cogí una de ellas, con el cepellón, y la trasplanté en una maceta.
          Al año siguiente ya había echado varias pequeñas ramas. Esto coincidía con la muerte de la palmera, así que empecé a plantearme cual sería el lugar más idóneo para sembrarla.
            Este año, ya con un tamaño considerable, y el hueco libre dejado por la palmera, decidí trasplantarla.
          A saber quien la contemplará y disfrutará de su sombra cuando alcance la edad que hoy tiene la araucaria madre. Yo espero poderla ver como crece durante muchos años.

        Terminé la jornada cogiendo algunas granadas.
           Me gusta tomarlas de postre.
          Sin embargo Pepi prefiere tomarlas en zumo por las mañanas con el desayuno.
          Hemos dejado algunas para hacer licor de granadas.

RECETA:

Licor de granadas.

INGREDIENTES:
  • 1 litro de zumo de granadas.
  • Medio Kg de azúcar.
  • Medio litro de agua.
  • Cáscaras de naranja.
  • Cuatro clavos.
  • Un palo de canela.
  • Un vaso de ron blanco.
PREPARACIÓN:

          Se pelan las granadas, se separan los granos y se trituran a baja velocidad para que no se rompan los huesos. El zumo obtenido se filtra con un colador.
          Se hace un almíbar hirviendo el agua con el azúcar, la cáscara de naranja, los clavos y el palo de canela. Cuando esté frío se pasa por el colador y se le añade el zumo de las granadas y el ron.
          Se sirve muy frío.