miércoles, 28 de noviembre de 2012

Calabaza, Calabacín y Tapín

          " Que si fue, que si vino, que si calabaza, que si pepino."
           "Pa Jueves Santo, calabazas y judías planto."
           "Calabazas coloridas, en otoño recogidas."


En el campo

          Hace 40 ó 50  años, cuando vivían mis padres, el cultivo en la huerta era muy diferente al de ahora, las labores del campo se hacían a mano, ayundándose a veces de animales, sobre todo para el transporte de la cosecha. Recuerdo que teníamos un mulo y un carro.

 
      No teníamos tractor, y para regar llenábamos la alberca que se alimentaba de un manantial, el cual desafortunadamente ya no existe debido a los años de sequía, y a las perforaciones de pozos que abastecen a Vejer, Barbate y Zahara de los Atunes. Con el agua de este manantial regaban 13 huertas, 2 al día. Una disponía del agua durante el día y otra durante la noche. Cuando pasaba una semana habían regado las 13 huertas y comenzaba de nuevo por la primera, pero en esta ocasión se invertía el turno, la que antes regó de día ahora le toca la noche y viceversa.
      Pero yo quería hablar de calabazas y calabacines. Recuerdo que en aquella época se sembraban fundamentalmente dos tipos de calabazas: Las que llamábamos calabazas roteñas y otras que llamábamos calabazas dulces.



      Las roteñas tenían una vida más corta después de la recolección, mientras que las dulces las poníamos al sol en la azotea y algunas duraban hasta el año siguente.

      Había otro tipo, de inferior calidad, que le llamábamos calabazas forrejeras, y se empleaban para alimentar a la vaca o los cerdos.

        También se sembraba, lo que llamábamos calabacines, y que no tenía nada que ver con los alargados que empleamos para el pisto. Los había de diferentes formas y colores: redondos, alargados, en forma de pera, rayado, liso, de color oscuro, amarillo anaranjado, etc. Con ellos se hacía el potaje de todos los santos, cuya receta pongo al final.


           Los calabacines pequeños no se sembraban en aquella época en esta zona. Cuando se empezaron a sembrar se les llamaba tapines debido, seguramente, a que el nombre de calabacín ya lo empleábamos para los otros, como he dicho anteriormente. También existen varios tipos de tapines.




         En el campo se diferencian también por el tipo de hojas de las plantas.




  



En la cocina


POTAJE DE CALABACÍN, BONIATO Y MEMBRILL0.
Ingredientes:
  • ¼ Kg de garbanzos.
  • 10 dientes de ajo.
  • 1 Cebolla.
  • 1 cucharada de pimentón.
  • ½ vasito de aceite de Oliva virgen extra.
  • 1 hoja de laurel.
  • ¼ de calabacín dulce.
  • 1 boniato.
  • 1 membrillo.
  • ½ vaso de arroz.
  • Sal.
Preparación:
  1. En la olla exprés, con agua, cuando esta esté hirviendo, añadir los garbanzos, previamente remojados desde la noche anterior, la cebolla y los ajos picados, el aceite, el pimentón, el laurel y la sal, de manera que quede cubierto con el agua.
  2. Cerrar la olla y dejar pitando 30 minutos.
  3. Destapar la olla y añadir el calabacín, el boniato y el membrillo troceados.
  4. Cerrar nuevamente la olla, y dejar pitando 10 minutos.
  5. Abrir la olla, añadir el arroz, rectificar de agua y sal.
  6. Sin tapar la olla, dejarlo cocer hasta que el arroz esté hecho.

PISTO.
Ingredientes:
  • ½ vaso de aceite.
  • 3 cebollas.
  • 1 pimiento verde de asar.
  • 1 pimiento rojo de asar.
  • 2 tapines (calabacines).
  • 2 berenjenas.
  • Sal.
Preparación:
  1. Hacer un refrito con el aceite, las cebollas y los pimientos troceados.
  2. A continuación se añaden los tapines (calabacines) y las berenjenas troceados.
  3. Se deja en el fuego hasta que las verduras estén tiernas.
  4. Por último se le añade tomate frito natural que tenemos reservado. Se mezcla todo y se deja al fuego unos minutos.

martes, 13 de noviembre de 2012

He sembrado un moral.


          He cortado unas ramas de un moral de moras negras, como el que muestro a continuación.



              
        Estas moras son más ácidas que las blancas, pero cuando están bien maduras su sabor es más agradable, por lo menos para mi gusto.

 
          He plantado un esqueje en un tiesto con la esperanza de que brote, y para el próximo año lo pueda trasplantar en su sitio definitivo.

 


















           El moral me trae recuerdos de la infancia y juventud, cuando jugábamos a pintarnos la cara y posteriormente nos limpiábamos con moras verdes. Pues ya sabéis que:


      "La mancha de la mora, con otra verde se quita"



      Pero ahora que lo pienso, tal vez haya cometido una tremenda irresponsabilidad, porque según el refranero:

  "El que siembra un moral, o se muere, o se va"

      Inmediátamente me he puesto manos a la obra con el fin de encontrar la manera de "desfacer el entuerto", y la solución, como era de esperar, está en el refranero pues existe un refrán que dice:

"Quien bien come y bien digiere, sólo de viejo se muere"

        Así que rápidamente me he aplicado el antídoto, y de los guisos que salen de la cocina, me lo como todo, todo.