Me dijo Pepi que iba a hacer rosquetes, un dulce típico de Semana Santa, junto al "pan duro". Se puso manos a la masa e hizo varias hornadas. Le han salido muy buenos, y como prueba de ello está el hecho de que a penas han durado unos días, pues no ha faltado desayuno, sobremesa, o merienda en la que no hayamos caído en la tentación de comer un trozo.
De estos dulces, en la comarca de La Janda, tienen mucha fama los que se elaboran tanto en Vejer como Conil.
"A pan duro, diente agudo"
Recuerdo, de mi infancia, que el hacer los rosquetes era motivo de reunión familiar, por estas fechas. Tíos, primos, abuelos y demás familiares, nos reuníamos en lo que sin duda para nosotros, era una gran fiesta: los hombres buscaban la leña y encendían el horno, las mujeres preparaban la masa de los rosquetes y el pan duro y los niños, unas veces jugábamos, y otras permanecíamos atentos a los quehaceres de nuestros mayores.
Todavía sigue en pie, aunque desgraciadamente sin uso, el viejo horno que tantos recuerdos nos trae a la memoria de nuestra infancia, y de los familiares que nos dejaron, algunos a edad demasiado temprana. Cuando paso cerca de él, cierro los ojos y puedo percibir los olores a la leña quemada y al pan recién hecho.
Mi padre contaba, que casi todos los vecinos tenían su horno y por las fechas previas a Semana Santa hacían los rosquetes.
Los jóvenes, cuando finalizaban las tareas del campo, alimentaban a los animales, y ordeñaban las vacas, se reunían e iban de casa en casa cantando saetas, en premio de lo cual recibían rosquetes y alguna copa de licor o vino. Una forma de transportar los rosquetes recibidos era irlos colocando en el cinturón, o en una cuerda atada a la cintura. Finalizada la ronda el cinturón quedaba repleto de rosquetes y la dificultad para articular las palabras y mantener el equilibrio se hacía patente.
Cuando tocaba hacer pan, cosa que ocurría cada 10 días más o menos, se reunían mi madre y mis tías, pues se hacía para tres familias.
El proceso era laborioso. Se comenzaba cerniendo la harina con un cedazo.
Sobre un lebrillo se colocaban dos cañas, peladas y limpias, en paralelo. Sobre ellas el cedazo con la harina, y con un movimiento de vaivén la harina iba cayendo en el lebrillo. En el cedazo quedaba el salvado o afrecho, que también tenía utilidad pues mezclado con agua servía para alimentar a las gallinas.
Una vez cernida la harina se comenzaba a amasar, y las teleras que se hacían se iban colocando sobre una tabla cubierta con una sábana y se dejaban reposar. Por último se trasladaban al horno, que ya estaba a la temperatura adecuada para cocerlo.
A veces se hacían bobas y en el interior se ponía una longaniza.
Recién sacado del horno, el pan caliente con la longaniza constituía el almuerzo de ese día, acompañado de algún entremés a base de productos de la huerta: lechugas, rábanos, pimientos, tomates, etc.
Otras veces tomábamos el pan caliente mojando sopas en aceite de oliva.
Cuando se sacaban las teleras del horno se colocaban en una tinaja, en la que previamente se había puesto una sábana. De esta manera duraba más tiempo en buen estado.
Pasados unos días el pan se iba poniendo duro, y se encontraba en el estado óptimo para hacer una comida típica de la zona: El gazpacho caliente.
Los segadores lo tomaban mucho porque era fácil de hacer en el propio tajo de siega, pues sólo tenían que llevar en las alforjas, el pan, el cuerno con el aceite, el de la sal, los tomates, pimientos y ajos.
RECETA DE GAZPACHO CALIENTE:
INGREDIENTES:
1 Kg DE TOMATES MADUROS.
1 Kg DE PIMIENTOS VERDES DE ASAR.
1 VASO DE ACEITE DE OLIVA VIRGEN EXTRA.
2 DIENTES DE AJO.
1/2 TELERA DE PAN DE CAMPO.
1 MATA DE HIERBABUENA.
SAL GORDA.
1 VASO DE ACEITE DE OLIVA VIRGEN EXTRA.
2 DIENTES DE AJO.
1/2 TELERA DE PAN DE CAMPO.
1 MATA DE HIERBABUENA.
SAL GORDA.
Cocemos los tomates y asamos los pimientos, preferentemente en fuego de leña.
Hacemos
un majado en el dornillo con la sal, los dientes de ajo, y un trozo de pimiento crudo. Cuando el majado esté hecho una pasta se le añaden los tomates cocidos y pelados, y se sigue majando.
En el agua de los tomates se cuece el pan cortado a rebanadas. Una vez cocido se saca con una espumadera dejando escurrir, se añade al dornillo y se continúa majando.
Finalizado el majado se le añade el aceite y la hierbabuena y se remueve con el majador para que se mezcle todo.
Por último se decora con tiras de pimiento asado.
RECETA DE ROSQUETES:
INGREDIENTES:
3 Huevos.
300 gr de azúcar.
600 gr de harina.
1/2 sobre de levadura.
150 cc de aceite de oliva.
2 puñados de matalahúva.
10 Clavos.
La ralladura de un limón.
1 Cucharada sopera de canela molida.
2 cucharadas soperas de miel.
ELABORACIÓN.
En el aceite se fríen la matalahúva y los clavos hasta que queden dorados. Se deja enfriar y se cuela.
En un barreño, se pone la harina y la levadura tamizadas a continuación se le incorpora el aceite y el resto de los ingredientes.
Hasta que quede hecha la masa.
Se van cogiendo trozos de la masa y se le va dando forma de roscos más bien gordos porque en el horno se aplanan.
Se colocan en la bandeja del horno con papel vegetal o silpat.
Se deja en el horno previamente caliente a 180º C durante 15 minutos.
Al sacarlos del horno, dejar enfriar y no manipularlos hasta que estén fríos y se endurezcan.
Genial como todas tus crónicas camperas. No me pierdo ni una!!! Gracias a los dos;O)
ResponderEliminarGracias a vosotros por vuestro cariño. Un abrazo.
Eliminarme encana
ResponderEliminarSe maneja bien esta masa con las cantidades que lleva será mucho aceite?????
ResponderEliminarLa masa es suave y aceitosa, muy manejable y muy rica.Ten cuidado debes, hacerles el agujero del centro grande ya que tienden a cerrarse.Te gustarán mucho seguro.
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